miércoles, 23 de mayo de 2012

LA ABUELA

Queridos nietos, quiero mencionar a su abuela María, me gustaría hacerles una fotografía de ella con palabras, de lo que ella es en este instante. Sé que ustedes aun no nacen, que sus madres todavía están estudiando, luchando afanosa mente por terminar una licenciatura y que cuando bromeando hacemos su abuela y yo alusión a su existencia, vuestras madres solamente nos miran y no saben que decir.


Empecemos por describir a su abuela María, a su abuela la conocí en una etapa de mi vida muy peculiar, yo estaba en las postrimerías de cumplir treinta y dos años y María diecisiete, los detalles de esta relación se los contaré mas adelante, en este momento María tiene cuarenta y un años, ya han pasado veinticuatro que estamos juntos y compartimos la vida que nos ha tocado vivir. Ella es el pilar que sostiene esta familia, fuerte y tierna, inocente y sabia, me siento orgulloso de ella.


Cuando les he dicho que algunas cosas en mi vida, me han confirmado que existe un mundo espiritual que ocupa el mismo espacio que el de nosotros, con la peculiaridad que ellos nos ven, nos oyen y además influyen sobre nuestros actos, y nosotros, en la inmensa mayoría de los casos, si bien nos va solo intuimos su presencia. Es mas hay indicios que estos seres espirituales pueden leer nuestros pensamientos. 


Pues bien, María desde que la conocí, noté en ella una fuerte tendencia a aceptar influencias exteriores, al principio fueron influencias dadas por familiares y amigos, posteriormente con la lectura de libros, para terminar con un suceso que abarcó casi dos años de su vida y que en este momento casi ha terminado con la escritura de un libro de ella que cuenta su experiencia paranormal, que como decíamos anteriormente, confirma el hecho de ese mundo espiritual, es mas hemos comprobado en base a esta experiencia que para ella ha sido aparte de terrible, aleccionadora, un tipo de alianza entre estos seres.


Hemos comprobado que de alguna manera, (que todavía no hemos comprendido cabalmente), entre estos seres espirituales, conviven seres materiales como nosotros, que gracias al uso de una tecnología de muchos miles de años superior a la nuestra, han logrado no solamente una comunicación, sino además un compartimiento de tareas que suponemos un tipo de élite espiritual coordina.


Las conclusiones a las que hemos llegado en base a las lecturas que hemos hecho y a nuestras propias experiencias, seres espirituales que se hacen llamar maestros ascendidos y seres altamente tecnificados que se llaman hermanos mayores, trabajan coordinadamente para ayudar a la humanidad doliente.


Esto ha sido así desde el principio de los tiempos, por alguna razón, cuando los seres espirituales requieren de una acción directa y contundente, son los hermanos mayores los que se encargan de llevarla a cabo. También observamos que en ocasiones son muy cuidadosos para lograr algún fin, a tal punto que se van desatando una serie de sucesos que a veces se sienten interminables, hasta que se logra el propósito deseado.


Por mi parte, puedo decir que si no hubiera conocido a María, ninguna de estas teorías que poco a poco se han ido convirtiendo en realidades, se abrían desarrollado, gracias a ella mi mente se ha abierto y como ella dice: debemos aceptar que en el transcurrir del tiempo siempre habrá verdades mas grandes que engullirán y explicaran las verdades mas pequeñas.


María me ha convencido, de que ella y yo hemos compartido muchas vidas anteriores, con María se ha cumplido cabalmente el dicho de que el alumno superará al maestro. Es una persona con mucha disciplina, diariamente lee de dos a tres horas y cuando escribe hace otro tanto, así mismo siempre está preocupada por el servicio a la humanidad, por eso es que asiste regularmente a un asilo de ancianos como voluntaria sin cobrar un solo centavo.


Con María dejé de sentirme solo y triste hace mucho tiempo, cuando pasamos por etapas difíciles sobre todo relativo a la economía familiar, ella es la primera en no perder la fe, y siempre salimos adelante, nunca pierde la alegría, cuando no está en casa, extraño sus gritos y sus regaños, siempre hechos con amor, por eso mis queridos nietos cuando lean esto, no se dentro de cuantos años, sepan que la abuela María es la luz que ha iluminado mi vida.







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