martes, 29 de mayo de 2012

EL MAL

Extraña costumbre tenemos los hombres para identificar y posteriormente entender nuestro entorno, por una razón que tal vez sea producto de nuestra ingenuidad, somos propensos a ver el mundo, sus causas y sus efectos en blanco y negro y no en una infinita gama de grises. Nuestra natural impaciencia, crea en todas las manifestaciones de la naturaleza, una síntesis de estas por la cual nuestra mente puede identificarlas y diferenciarlas en base a los efectos que causan en nosotros. Vamos poniendo epítetos según los beneficios o perjuicios que estos producen sobre nuestra percepción.


Así hemos diferenciado algunas cosas en bellas y feas, frió y caliente, amor y odio, etc., hemos creado conceptos entendibles a nuestro raciocinio, y luego hemos impuesto su contrario como una forma de acotar la obra de Dios. De esta manera nos sentimos cómodos, hemos puesto a nuestro nivel, conceptos que de otra manera no acabaríamos por entender. Lo mismo ocurre con el concepto de el mal, al tratar de entender a Dios, solo mediante la bondad, nuestro entendimiento lo puede reconocer, y acostumbrados a poner parámetros le hemos impuesto su contrario.


Aquí sucede algo curioso, hemos creado un parangón entre lo que vemos y lo que sentimos, la naturaleza da y da con prodigalidad, son innumerables los dones que da, por tanto es bondadosa y dado que la naturaleza es obra de Dios..., el mal lo hemos representado por la antítesis de Dios, el diablo.   


Al mal como le hemos llamado a todo aquello que se opone al bien, lo hemos comercializado, en el sentido en que tal concepto lo hemos usado para nuestra conveniencia, cuando es requerido hacemos alarde de el, aprovechando que "el hombre tiene tendencia al bien", en ocasiones maquillamos de maldad alguna acción "buena" para obtener un beneficio. En el fondo no nos lo tomamos tan en serio.


Todos estamos conscientes que la obra de Dios cubre todos los aspectos visibles e invisibles. Que Dios no tiene preferencias, que somos nosotros los hombres quienes le hemos dado calificativos a su obra. Que en realidad no existe el bien pero tampoco el mal, desde el punto de vista en que no es clara la linea que separa a uno y otro. Que bien y mal, son las caras de la misma moneda. No puede existir uno sin el otro. No es posible imaginar un mundo o un universo, donde solo exista el bien y viceversa.La luz solo existe gracias a la oscuridad, lo mismo sucede con el mal.


Lo que para unos es bueno, para otros es malo. El bien se hace a costa del mal y al contrario. precisamente esta dualidad es lo que mantiene el equilibrio, sin equilibrio habría destrucción, sin equilibrio no habría enseñanzas que aprender, ni experiencias que vivir, es precisamente eso que llamamos mal la parte aleccionadora de nuestro vivir, sin el la vida seria sosa y aburrida, caeríamos en el tedio y la mediocridad, el mal es la sal y la pimienta de la vida, por tanto debemos tolerar el mal, esto no significa que nos debamos inclinar a ser malvados, si no a aprender a vivir con el, tampoco debemos resistirnos a el, puesto que al hacerlo le estamos otorgando mas fuerza y mas importancia de la que en realidad tiene, simplemente hay que aceptarlo como la nota disonante que prepara una escala de mayor envergadura.


La sabiduría popular nos enseña dos frases respecto al mal: no hay mal que dure cien años y no hay mal que por bien no venga. En ambas acepciones nos habla esta sabiduría, de que el mal es transitorio y sirve para preparar un evento mejor, al final todo debe salir bien, por tanto el mal es una circunstancia que no podemos evitar, tampoco provocar, simplemente si viene, hay que aceptarla, de hecho cuando aparece es el indicio que se acerca la victoria.


Queridos nietos, lo poco que conocemos respecto a los designios de Dios, no nos faculta sino a aceptar todos los dones que nos ofrece, aun aquellos mas complejos e incomprensibles, pero al fin y al cabo reveladores de verdades. En ultima instancia, si no le pusiéramos nombres a las cosas, todo sería mas confuso y solo el tiempo y la experiencia a traves de innumerables vidas, podrán ayudarnos a discernir correctamente, algún día...


En los mundos espirituales al igual que en los mundos de tercera dimensión, hay entes malvados, uno podría pensar que para pasar a una dimensión superior, la maldad sería un sentimiento exento en estos seres, sin embargo nada tiene que ver con ese concepto que llamamos diablo, satanás o luz bel que por cierto son acepciones diferentes. En esos mundos superiores se observa como los espíritus mas adelantados, toleran a esos espíritus malvados, por que saben que es una  situación transitoria y en ocasiones necesaria para lograr ciertos fines que benefician a la humanidad.


La abuela está por terminar un libro en donde narra sus experiencias con este tipo de entidades, esperemos que pronto deje testimonio para ustedes por este medio. Por lo pronto queridos nietos, les quiero decir como conclusión a esta disertación, que vean el mal como algo natural, que no se opone al plan divino, mas al contrario, forma parte de el, y si bien el camino del mal es difícil y peligroso, es mas conveniente tomar el camino del bien, pues nuestra naturaleza tiende a el, y en cuanto al mal tolerarlo y no darle mas importancia que la que le corresponde.







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