martes, 8 de mayo de 2012

EL KARMA


Cuando el individuo empieza adentrarse en el mundo esotérico,  generalmente se encuentra con el término Karma y la debida comprensión se hace un tanto difícil, debido a que  no existe una palabra en nuestro idioma que emule el significado con la misma fuerza que en su idioma original (sanscrito). La palabra que mas se le parece, pero que no dice a cabalidad la idea que engloba es “actividad”. En la mayoría de las veces se quiere ver al karma, como una ley inflexible de causa y efecto que nos marcara por el resto de nuestras existencias por vivir,  o si bien nos va, por las suficientes para pagar tal deuda, acostumbrados como estamos a aceptar tantísimas leyes que gobiernan nuestro presente, nos apabullamos y nos sometemos; por que siempre es mas fácil, echarle la culpa a alguien o a algo que asumir con responsabilidad las consecuencias de nuestros actos.

 Si durante nuestra existencia, nos suceden cosas desagradables, que no comprendemos por que nos suceden, decimos, seguramente es algún karma que debo pagar por algún acto reprobatorio de alguna vida pasada, por tanto  como no tengo culpa alguna en esta vida, no me queda mas, que aceptar la carga que se me ha impuesto. El libre albedrio es la ley universal por antonomasia, y no hay otra que se le pueda comparar o encimar, por tanto entendiendo la ley del karma como una deuda del pasado que hay que saldar en el presente, resulta incoherente por que el libre albedrio se vería controlado o dominado por el karma y esto contraviene el orden universal.

El concepto del karma va mas allá, de un intercambio de acciones y  contra reacciones, Steiner decía que el karma era mucho mas complejo, pero también mas flexible, puesto que el karma abarca todas las existencias que podamos vivir, pero de manera individual dentro de una colectividad.

Es decir, cada uno de los individuos que comparten con nosotros la responsabilidad y la oportunidad de experimentar, todas y cada una de nuestras existencias, tenemos un karma, o sea una energía que va ligada a nuestra alma, en cada acto de vida que participamos, es una energía de discernimiento consensado, pero no se opone ni castiga, solo guía y  registra.

Los actos reprobatorios y aprobatorios son parte de un proceso muy largo de aprendizaje y experiencia, que va dotando al alma de herramientas para misiones futuras de mas envergadura. La mayoría de nuestros actos que compartimos con otras almas ya han sido consensados y ya sea con nuestra aprobación o sin ella, todos influimos en esas ecuaciones de alguna manera, y todos compartimos esa influencia, forman parte de una larga cadena de sucesos, que van a confluir en un punto en donde nuestra participación las mas veces no es consiente. Son ecuaciones muy complejas, que en ocasiones abarcan varias vidas para lograr el efecto o la solución de la ecuación que alguien con mas inteligencia que nosotros ha diseñado. Nadie existe sin una razón para unos será muy grande para otros insignificante, pero el proceso de tales designios, se va dando siempre y de manera continuada a través de distintas opciones, formando islas que se van interceptando entre si, hasta abarcar países, continentes, mundos, universos.

Solo las personas que se han hecho consientes por si mismas, pueden escapar del karma y convertirse de participantes a observadores y maestros. Todo tiene una razón de ser, el caos que a veces se percibe, es la actividad de muchos procesos, pero siempre habrá un tiempo de apaciguamiento en donde el orden y la armonía serán evidentes.

En este sentido todo es karmático, el individuo esta inmerso en su karma, la colectividad de este individuo también, la sociedad de seres de diferentes especies, los lugares en donde están aposentados, el mundo que comparten, etc., todo tiene un karma, todo confluye, todo se  combina, avanza, evoluciona, se transforma, tiende a la unidad.

Recordemos que lo bueno y lo malo son relativos, que lo que importa es experimentar y aprender, que la rueda de las reencarnaciones que a veces se percibe eterna, abarca todo y todas las cosas. Ahora bien decíamos que el karma es flexible, es evidente que poseemos la potencialidad de fortalecernos y avanzar en esa corriente, no es necesario dejarse arrastrar y aceptar todo lo que nos da la vida sin luchar. La lucha no es oponerse al karma universal, no, es acortar tiempos y distancias, el conocimiento ya lo tenemos, solo hace falta recordarlo y ponerlo en practica, pero tenemos que ponernos en acción.

Por tanto nietos míos, se debe aceptar el karma, pero no con sumisión sino con atención, estar prestos a la lucha y a la auto superación, tenemos la oportunidad de avanzar en armonía, pues a pesar que todos compartimos un karma, Dios no exige en nosotros  el sufrimiento, al contrario, se nota la tendencia universal a suprimirlo. Debemos encontrar felicidad en cada uno de sus actos y abrirnos al conocimiento que él comparte a cada momento con nosotros.


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