viernes, 17 de agosto de 2012

LOS FALSOS GURUS

Durante el proceso de aprendizaje o mejor dicho de exploración literaria en el esoterismo, (por que realmente nunca se termina de aprender), siempre estamos habidos de conocimiento y este es incalculable, cuando creemos que ya sabemos algo, siempre surge una pequeña llamada de atención que nos hace ver que aquello que creíamos saber dista aun mucho por conocer. Siempre tenemos que tener en cuenta que lo que vamos aprendiendo a lo largo de nuestras vidas, no son sino meros recordatorios y en todo ese bagaje de conocimientos solo aquello que vibra en armonía con las partes intimas de nuestro ser se pueden considerar verdaderas.

Pero, ¿que sucede cuando algo que creemos verdadero, de pronto pierde su fuerza ante nuevos argumentos, que nos hacen dudar de la veracidad de ese conocimiento?, esta situación la mayoría de la veces, produce confusión en nosotros, nos sentimos engañados, frustrados, desilusionados. Sin embargo queridos nietos, déjenme decirles que esto es muy común y que hay una entre muchas formas de lidiar con este tipo de cosas. La palabra mágica es humildad, si no somos humildes, siempre vamos a creer, que somos poseedores de una o muchas verdades, y esto no es cierto. La verdad es un concepto similar al tiempo, ambos conceptos existen pero no en la forma en que nosotros los conocemos, y no sabemos cuando se logrará esto.

La vida nunca se termina, cada uno de nosotros somos portadores de vida, pero en idénticas circunstancias que estos conceptos universales, tampoco tenemos una noción verdadera de ella, ¿cuando termina la vida?, es posible que la respuesta sea nunca. Así pues cuando se enfrenta a nuestra verdad un argumento que la deshace, debemos primeramente aceptar que no es nuestra verdad. En estas circunstancias vamos a tratar de convencernos, que nadie tiene la verdad en sus manos, que todo lo que leemos son intentos por conocer esa verdad, y eso es muy loable, y por ende no debemos desilusionarnos de esa información, sino debemos aceptarla como lo que es y esperar que con el tiempo esa información sea acrecentada o complementada, y en ocasiones corregida.

Han existido cientos, tal vez miles de hombres y mujeres que han creído honestamente en ser poseedores de una verdad importante y a través de algún medio de comunicación oral o escrito han tratado lo mejor que pueden de comunicar esa verdad, esto es muy importante, por que todos tenemos la obligación de compartir toda información que pueda serle de provecho a alguien, no importando si uno entre miles sea el que aproveche esa información. La verdad solo Dios la conoce, no debemos de creer que nosotros somos portadores de la verdad, por que ese es un acto de soberbia, como decíamos, debemos aprender a ser humildes y todavía mas con el conocimiento.

En ocasiones cierta información que llega a nosotros, lo hace de una manera que nuestra percepción la ve como milagrosa, entonces quedamos apabullados ante ella y tarde se nos hace para difundirla, compartiéndola, pero también a veces lo hacemos de una manera egoísta, es decir, imprimiendo en esa información partes de nuestro ego, como si esa información nos perteneciera y buscamos que quien la comparta con nosotros, sepa que nosotros fuimos la fuente de este conocimiento.

Es entonces cuando nos convertimos en falsos comunicadores, por que dejamos que el ego impregne con sustancias viles la luz que esa información pueda proporcionarle a alguien. Estamos rodeados de gente con buenas intenciones, pero que no pueden en un momento dado dejar de lado las influencias del egoísmo. Pero, ¿quien puede proporcionar una determinada información, sin un ápice de egoísmo? Tal vez nadie, por esa razón cuando exploremos a través de esas enormidades de información, tratemos de ser justos y evitar juzgar desde cualquier perspectiva, a esas personas que se identifican como Gurus, que en ocasiones no se auto nombran así, sino que a veces los seguidores de esas personas, les obsequian tal título como una muestra de reconocimiento a su sabiduría, y tal vez indebidamente dichas personas aceptan tales titulos como una forma de auto complacencia.

Los hay en todas las facetas del conocimiento y en todos los tiempos, pero esto no debe molestarnos, en todo caso el daño se lo están haciendo ellos mismos. Depende de cada uno de nosotros (ellos incluidos), no caer en la falsa modestia, es decir demostrar una cosa y sentir otra diferente con respecto a la humildad, el consejo que hoy les doy queridos nietos, es que al incursionar en el mundo del esoterismo, nos vamos a encontrar con distintos autores, con diversa información que en ocasiones, se complementa pero en otras se contradice, no debemos caer en la confusión, como decíamos la información que llevamos dentro de nosotros , resuena con cierta información encontrada en ese bagaje de indagación.

Encontraremos autores, que nos hagan emocionarnos con las pesquisas vertidas en los libros, y luego después de algún tiempo surgirá información en torno a ellos que nos harán caer en la desilusión y en la duda de sus conocimientos vertidos, no deberemos juzgarlos, no deberemos anteponer al ser humano físico y con defectos, a la mente que generó tales conocimientos. Debemos reconocer que todas las mentes beben en las mismas fuentes del conocimiento universal, pero algunas tienden a discernir mas pronto que otras, es entonces cuando debemos aprovechar que ese conocimiento llegue a nosotros mas temprano que tarde. Está en nosotros no endiosar a ningún autor, no convertirnos en seguidores irracionales, sino verlos como lo que son, compañeros de la búsqueda de la verdad, compañeros intemporales que abren ante nosotros un resquicio por donde entra algo de luz, de nosotros depende abrir un poco mas esa puerta.

Cuesta trabajo aceptarlo, pero no debemos promulgar por que el conocimiento sea absoluto, de esta manera no existe, el conocimiento siempre está en crecimiento y nadie es poseedor de la totalidad de el. Tampoco debemos desestimar un conocimiento cuando el ser que lo genere sea imperfecto, por lo mismo todo conocimiento es perfectible, no importe quien o a través de que se genere. Finalmente queridos nietos lo que importa es el mensaje y no la calidad del mensajero.

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