Todos
queremos tener salud, la mayoría de nosotros sabemos cómo mantenerla
porque es información
inherente a nuestra naturaleza primigenia, pero siempre la estamos descuidando.
Entonces, ¿qué pasa?, comemos mal
y sabemos que lo hacemos, dormimos mal y sabemos que
lo hacemos, fumamos, tomamos sustancias que realmente no necesitamos, hasta en
nuestra intimidad hacemos mal las cosas, nos preocupamos cuando no deberíamos
de hacerlo, en fin,
tal parece que
todo lo que hacemos está mal. Tal
parece que todos los errores que cometemos en contra de nuestro cuerpo físico
fueran a propósito de destruirlo. ¿Qué hay en el fondo de esta actitud?, ¿una especie de
rebeldía por existir?
¿Una revancha mal
entendida en contra de la creación? ¿Ignorancia tal vez ocasionada por un conflicto interno de la
existencia misma?. Y sin embargo,
cuando
logramos enfermar nuestro cuerpo, entonces empezamos a preocuparnos por él y
hacemos lo imposible por lograr la salud a costa de muchos sacrificios, para
volver a descuidarlo y volver a empezar otra recuperación, y así cíclicamente hasta que en una de esas
sobreviene la muerte.
¿Esto es acaso una
situación general?
Todos conocemos gente que cuida mucho su salud, su
alimentación, etc., y mueren relativamente
jóvenes de alguna enfermedad inimaginable, por el contrario, todos hemos
escuchado de gente que fumó toda su vida o comieron o bebieron sin frugalidad y
sin embargo murieron pasados los 100 años. Entonces, ¿qué es lo que sucede?, ¿tendrá que ver con el ADN de cada persona? ¿El tipo de
trabajo que realizan?
¿O tal vez el lugar en
donde han vivido?.
Parece ser que hay más de un misterio
en la comprensión de este tipo de cosas, y sin embargo aceptemos que todo es más sencillo de lo
que pensamos.
La conclusión a la que yo he llegado es que el factor misterioso
se llama ALEGRÍA, explicaré
por qué: las personas
que siempre están preocupadas por lo que deben comer, cuántas horas deben
dormir, cuánto ejercicio tienen
que hacer cada día, etc.,
mueren finalmente por
la acumulación de tantas preocupaciones, porque esta forma de
ser gobierna todas las actividades que realizan en su vida, y aún más, se preocupan
por lo que hacen y no hacen los demás. En cambio esas personas longevas que
comen de todo, beben de todo y no están en un gimnasio todos los días, sino que todas
las actividades que realizan las ejecutan con pasión, con amor, agradeciendo y
compartiendo todo lo que tienen,
no se preocupan;
porque saben que Dios
es su proveedor y nunca nada les faltará, esa confianza, ese amor, los
convierte en gente feliz y agradecida por lo que la vida les da. Aquí sucede
algo importante cuando la gente vive feliz: la enfermedad no se manifiesta con la misma
intensidad que en aquellas personas que la suplen por la preocupación, y la cura es
muchísimo mas fácil y efectiva,
pues
generalmente recurren a remedios simples y nada costosos. Cuando por asares del destino sufren algún accidente, la alegría
ante la vida logra que su recuperación sea más pronta y definitiva. La alegría ante la vida es
la mejor medicina para conservar nuestra salud. Nietos míos, nunca la pierdan y les garantizo que siempre
tendrán salud.
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