sábado, 21 de julio de 2012

LA VACUIDAD DEL SER

Generalmente a lo largo de nuestras reencarnaciones pasamos por muchos periodos de flaqueza, en ellos suele acontecer que a pesar de que hemos superado algunos de ellos en el pasado, el devenir de la cotidianidad nos hace caer constantemente en el olvido y es necesario volver a recordar como superamos momentos como el que estamos sufriendo o bien encontrar una nueva forma de hacerlo.


Suele acontecer que nos inclinemos por la segunda opción, ya que es muy difícil recordar los mecanismos internos del pasado, de los que solamente suele perdurar una enseñanza anclada a nuestra conciencia en ciernes. Cada una de las experiencias que producen una lección de vida es formativa y difícilmente se puede aplicar a otros procesos de una manera pragmática.


Trataremos de esclarecer este tópico un poco mas, primeramente los periodos de flaqueza son imprescindibles, por que solamente a través de ellos podemos tomar la inspiración necesaria para desarrollar nuevas estrategias de auto superación, si no las experimentaramos, sería como una escalera continua que terminaría por cansarnos, en cambio estos periodos de flaqueza son como los descansos de esa escalera, que sirven para tomar nuevos brios y continuar con fe renovada ese asenso espiritual.


En segundo lugar, ya hemos comentado en otras ocasiones, que todas las experiencias que vamos teniendo a lo largo de nuestras reencarnaciones, pueden ser similares, pero nunca iguales, la razón de esto, es que las variables son muchas y diferentes, el espacio y tiempo son diversos, las personas que se relacionan con nuestras vivencias son diferentes, así como las circunstancias que ocasionan la práctica, el contexto en donde se desarrollan y hasta nuestro cuerpo físico presenta desigualdades, respecto a los cuerpos anteriores con los que se dieron estas experiencias.


Ahora bien con respecto a la práctica de la cotidianidad, ya hemos visto que es la plataforma desde la cual vamos ir tomando la energía suficiente para dar los pasos importantes que nos van a llevar al conocimiento buscado, sin esta acción cotidiana de vivir de una manera sencilla y doméstica, no contaríamos con el cargador energético que necesitamos para tales efectos, pero debemos tener cuidado de no perdernos en su devenir, es decir acostumbrarnos a la comodidad cotidiana y perdernos en ella para hacer nada.


Cuando olvidamos la esencia de nuestra existencia y caemos en el aspecto material de la cotidianidad, in consiente mente provocamos situaciones que intentan sacarnos de ese marasmo de comodidad, para re incorporarnos al aspecto activo del plan de vida que nos hemos trazado, en situaciones como la aquí descrita contamos además con los seres espirituales que constantemente nos están acompañando. Esto no quiere decir que no merezcamos un descanso de vez en cuando, pero no debemos estar en una situación de descanso permanente. 


Cuando hemos inducido esa situación llamemos la irregular para provocar en nosotros mismos una reacción que nos lleve al punto en donde necesitamos estar, nuestro ser interior espera que al mismo tiempo de desencadenar la experiencia que va a generar una lección de vida, terminemos por resolver las consecuencias creadas por esa situación. Esta resolución bien puede generar una transformación o simplemente una aceptación, pero no debemos terminar contrariados por tal decisión, no debemos sentirnos defraudados o engañados, sino estar consientes  de las lecciones aprendidas y agradecer la experiencia, recordemos que todo es transitorio y que aún la misma muerte es solo aparente.


La vacuidad del ser se presenta precisamente en esos periodos de flaqueza, como un preambulo que nos indica que algo dentro de nosotros trata de llamar nuestra atención. Lo primero que sentimos en este caso es un incremento de deseo en alguna o algunas de nuestras necesidades primarias, ya sea en el comer, dormir, beber, aspectos sexuales o de comodidad física. Si no entendemos el verdadero sentido del mensaje, podemos perdernos en la satisfacción física de tales requerimientos, después de algún tiempo de no reaccionar adecuadamente, es decir después de un tiempo de no entender la verdadera necesidad de nuestro ser, llega el deseo de satisfacer las necesidades secundarias tales como las impuestas por la sociedad en la que vivimos, que convierten en una sofisticación todo lo que gira alrededor de nuestras necesidades básicas y que no necesitamos; una buena casa, un buen coche, buena ropa, buenos restaurantes, etc.


La satisfacción física de tales deseos cada ves mas caros y sofisticados va a provocar indiscutiblemente, que lleguemos a un punto, en el que vamos a dejar de tener la fuerza para pagar todos estos requerimientos y auto provocarnos dificultades que nos obliguen a reaccionar hacia aspectos menos materiales.


Nuestro ser interior trata con esto de provocar en nosotros un punto de rompimiento para voltear a ver las verdaderas necesidades, si persistimos en nuestra ceguera, nuestro ser interior a través de nosotros mismos, provocará una crisis que tarde o temprano nos hará caer en la cuenta que lo que en realidad necesitamos satisfacer es la alimentación de nuestra alma y nuestro espíritu.


Curiosamente estos requerimientos o se pueden adquirir a costos muy bajos o definitivamente no requieren dinero en lo absoluto. Los alimentos espirituales se encuentran al alcance de todas aquellas personas que tienen verdaderos deseos de adquirirlos y están al alcance de la mano. Existe una gran producción de distintos sustentos tanto los que nos proporciona la naturaleza, como los que se encuentran en el fondo de nuestras mentes, y aun aquellos dispersos en el universo que pueden ser traídos a nosotros a través del pensamiento.


Queridos nietos cuando se encuentren ustedes en un periodo de flaqueza, sean sensibles a los cambios que genera la vacuidad de nuestro ser, que los está predisponiendo a llenarse de alimento espiritual, y no confundan esta necesidad, con la satisfacción de deseos materiales, que verdaderamente no necesitamos, busquen nuevas impresiones en todas  las imágenes que les proporciona la naturaleza, busquen nuevas y hermosas experiencias dentro de ustedes mismos a través de la meditación y la contemplación, busquen ese alimento en el inconmensurable cielo diurno y nocturno, en la música, en la lectura propositiva,en fin son tantos los alimentos espirituales que están a nuestro alcance y dejemos de preocuparnos tanto por el mundo material  recordemos que el mundo real y verdadero es eterno, y el otro, el aparente, es solo temporal.

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