jueves, 5 de julio de 2012

LA REENCARNACIÓN

Una de las causas principales por la que mucha gente no cree en la reencarnación, esta relacionada con el número de almas que está en crecimiento cada día, observando que no les checa el número de muertos con el número de vivos que habitan la tierra. Esgrimen por ejemplo que hace dos mil años no pasaba la población mundial de trecientos millones, y que ahora que somos seis mil quinientos millones, solo se podría justificar tal número si las plantas y los animales también tuvieran alma, a lo que ellos tachan de tontería.


De la misma manera aducen como un desatino la posibilidad de que seres de otros planetas, reencarnaran en la tierra, aumentando el número de almas reencarnadas. La razón no nos da una respuesta adecuada por que nos hacen falta elementos de juicio, es decir ignoramos mas cosas de las que conocemos, aunque esa ignorancia es solo aparente, solamente por medio de la intuición podemos suplir lo que la razón nos niega. Primeramente debemos darnos cuenta que si pensamos en contrario, es decir si aceptáramos que la reencarnación no existe y que el alma no es inmortal y que únicamente tenemos una sola oportunidad de vivir, ¿entonces que podría ser esa fuerza, esa energía, ese algo que vive dentro de nosotros, que gobierna nuestro cuerpo, nuestros pensamientos, que produce sentimientos y emociones, que a pesar de cualquier pronostico, es una realidad irrefutable?.


Si negamos esa sensación que siempre nos acompaña, que nos hace entender que el cuerpo físico es solo un medio de contención de esa energía interna, esa negación no suple la sensación de esa extraña fuerza, así como tampoco la vejes pone límites a nuestros pensamientos. El amor, la fe, la sed de conocimiento, la alegría de la libertad, la necesidad diaria de experimentar nuevas impresiones, etc., ¿donde quedan?, ¿se terminan con la muerte?, algo nos dice que no es así, todos nosotros hemos experimentado pistas a lo largo de nuestra existencia, de que esa extraña energía interior, es superior a nosotros mismos, todos tenemos en nuestro interior una confianza extrema con respecto a la muerte, que no es el final sino un principio recurrente.


La razón no lo explica adecuadamente, pero todos tenemos alegría por vivir, todos tenemos la disyuntiva de la experimentación de diversas situaciones que a lo largo de nuestra vida tenemos la oportunidad de ejercer y disfrutar, aún las situaciones mas extremas si no nos matan, terminamos fortalecidos y con mayores conocimientos. Nos sorprendemos a nosotros mismos cuando salimos adelante de situaciones peligrosas o difíciles, cuando vencemos una enfermedad o conquistamos una meta que parecía imposible de obtener. Cuando nos damos cuenta que formamos parte de un todo a través de la confirmación de que compartimos sentimientos y pensamientos universales.


Es imposible dejar de tomar en cuenta que personajes mundialmente conocidos a lo largo de la historia de la humanidad, han aceptado la existencia de la reencarnación, y es que, ¿de que otra manera podemos explicar ese cúmulo de sensaciones que nos hacen concebir la idea de que existe un fuerte vínculo entre la creación divina y las humanidades del universo?. Son sensaciones tan fuertes que no admiten la posibilidad que la muerte sea el fin, que la existencia sea efímera, que la vida es solo un chispazo de luz.


En la antigüedad, la reencarnación era una verdad absoluta, aún ahora en diversas religiones es aceptada, incluso en el cristianismo primitivo antes del Emperador Romano Justiniano alrededor del 550 era muy común hablar de la reencarnación, figuras cristianas como Tertuliano, Orígenes o Irineo, Justino, Clemente de Alejandría, etc., la aceptan y creen en ella, sin embargo en el concilio eclesiástico llevado a cabo en época de Justiniano y por conveniencia de la consolidación del Imperio, entre otros anatemas la reencarnación fue borrada o sustituida por otras palabras en los textos religiosos de la época, a partir de este concilio por costumbre o por comodidad la iglesia siguió negando la reencarnación.


Aun ahora a pesar de tantos cambios textuales en la escritura religiosa, se pueden ver referencias sobre la reencarnación en el viejo y nuevo testamentos de la biblia católica. Pero  en realidad no hace mucha falta encontrar argumentos literarios- históricos para convencerse de que la reencarnación es una realidad, día a día la misma vida se encarga de darnos indicios de tal portento. Cuando una idea es verdadera, imprime energía en nuestro interior y por medio de la intuición penetra en nuestra conciencia. La reencarnación es una idea de esas, nos proporciona una inmensa alegría saber que tenemos todo el tiempo del mundo para aprender y comprender.


La ciencia cada día se acerca un poco mas a la religiosidad, al conocimiento metafísico existente desde tiempos inmemoriales con el avance científico, se confirma a cada paso con los descubrimientos tecnológicos basados en la comprensión de la naturaleza, lo que ayer era magia, hoy es ciencia. Por esta razón las cosas que ahora no comprendemos cabalmente, el día de mañana serán mas comprensibles. Para responder a las preguntas que hacíamos al principio de artículo, debemos tomar en cuenta que todo lo que tiene vida, tiene también alma, expresada a través de la inteligencia y del poder de discernimiento.


Así mismo cuando comprendemos que la obra de Dios es inmensa y que no es posible por simple lógica, que exista una sola humanidad, sino que todos formamos parte de un mismo principio y un mismo fin, pero con diferentes grados de evolución y de conciencia, y que los unos a los otros nos reconocemos como partes de una hermandad universal, entonces no es imposible que bajo este mismo principio, continuamente nuestras almas se combinen con otras humanidades para lograr la consecución de conocimiento y experiencia que es el fin de las reencarnaciones, que no es mas que un largo curso escolar para prepararnos como almas a actividades mas trascendentes, que podemos inferir como difíciles e importantes, así como peligrosas y gloriosas, pues la preparación que ahora experimentamos no da lugar a otro tipo de misiones de las que por ahora tenemos poca información.


No olvidemos que finalmente, somos energía con apariencia de materia y tarde o temprano regresaremos a nuestra primera condición, como tal, somos susceptibles, independientemente de la forma que pudiéramos asumir, de comportarnos como se comporta la energía, transformandonos. Por tal motivo queridos nietos cuando piensen en la reencarnación, no lo vean como un fin, sino como un medio para lograr fines todavía mas importantes, que los que ahora estamos experimentando. Hemos dicho reiteradamente que nuestro planeta es una escuela muy significativa, y ese es uno de los principales motivos por los que somos tantos en el planeta y la tendencia que se observa, es que por un largo tiempo vamos a seguir incrementando el numero de almas.


Por otro lado también se puede observar que cada día se incrementa el numero de personas que están muy cerca de lograr el despertar de su conciencia y esto significa que están en sus últimas reencarnaciones, por lo que próximamente va a ser posible observar situaciones muy esperanzadoras en varias partes del mundo, iniciandoce así una nueva era de armonía para nuestra humanidad y nuestro planeta, por lo pronto mientras llegan esos gloriosos días, deberemos continuar con nuestro aprendizaje con la esperanza de que al final de nuestro camino, veremos la luz. 



1 comentario:

  1. Estimado Salomón:
    Te recomiendo a los siguientes autores, seguramente serán de tu interes.
    LYNNE MCTAGGART
    y
    RIPERT SHELDRAKE
    especialmente las obras El Campo y Una nueva ciencia de la vida.

    Un abrazo

    Antonio Loyola

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